Generalmente cuando una persona se vuelve dependiente de alguna sustancia, actividad, incluso de una relación, se le considera adicto. Las adicciones conllevan a un grado de obsesión que está ligado a una ceguera temporal/permanente por el objeto, sustancia, actividad o persona al cual se esté atado, de igual forma, lo llevan a distanciarse de aquellas actividades cotidianas que lo rodean. Cuando una persona fuma un cigarro por primera vez, existe la posibilidad de hacerlo una segunda vez y consecuentemente hasta generar un hábito, cuando alguien se enamora por primera vez, -se salta la segunda vez- genera un hábito directamente.
Cierto es que vida sólo hay una, disfrutarla con o sin adicciones por muy malas que sean, está sujeto al criterio personal, en mi caso es válido. Basado en mi experiencia y en compilaciones de anécdotas de aquellas personas cercanas a mí que están enamoradas, esta ocasión compararé de manera breve y general los síntomas de la adicción al cigarro con la adicción al amor de “alguien más”. Por lo tanto, siempre hallaremos un “objeto deseado” como causa de la adicción.
¿Qué sucede cuando alguien fuma en público? Por lo general, se alejan de la persona. ¿Qué sucede cuando alguien ama en público? Lo mismo. Encontramos en primera instancia discriminación. Me parece que lo único que falta en los establecimientos públicos es una división en dos áreas –como antes en los restaurantes; área de fumar y de no fumar-, la de amar y no amar.
Las primeras veces al fumar se presentan síntomas tales como: taquicardia, mareo, náusea, irrealidad y algunas veces tranquilidad. A la larga, estos indicios derivan en ansiedad, obsesión, dependencia y adicción. ¿Cuáles son los síntomas y consecuencias cuando alguien se enamora por primera vez? Me parece que son los mismos. El amor es ciego cuando incapacita al amante a pensar de manera realista, cuando se hacen proyecciones a futuro un tanto utópicas y especialmente cuando pierden el interés en algo por sustituirlo con el hecho de sentirse amados, olvidando las secuelas. El vicio al tabaco es similar, no hay un pensamiento realista acerca del daño que está generando, es cubrir una necesidad donde las consecuencias son conocidas e ignoradas.
No obstante, no comparo el hecho de sustituir a una persona con un cigarro, es únicamente el sentimiento. Ambas son experiencias que causan placer, sin embargo el abuso de ambos a la larga es dañino, generando daños irreversibles. Lo interesante es que ambas adicciones tienen efectos secundarios dirigidos hacia el corazón, el primero lo rompe y el segundo lo detiene. Entonces, en este mundo donde el amor está en el aire y el humo de cigarro también, hay que estar conscientes de los efectos de estos vicios. ¿Yo? Prefiero amar fumar que fumar amor. ¿La razón? Mis 20 amantes favoritos no reprochan y cuando se terminan, puedo comprar más.