domingo, 3 de octubre de 2010

ANMRRII / Capítulo III

De cómo se enteraron de sus poderes
Pasaron tres semanas para que los jóvenes internacionalistas comenzaran a disfrutar de sus nuevos poderes. No fue complicado notarlos, solo fue cuestión de poner atención a las acciones que cometían, las cuales consideraban de “buena suerte”.
Elita se dio cuenta de su poder hipnótico el día que comenzó a manejar. Al principio manejaba un auto discreto, sin embargo, no hacía juego con su personalidad. Notó que cuando quería pasar de un carril a otro, era cuestión de chocar tacón con tacón –además de dejar atónitos a los caballeros por su belleza- y hacer un simple sonido, para que los demás conductores quedaran dispuestos a su merced e hicieran lo que ella deseaba. 
Un golpe producen atontamiento ligero, dos golpes llevan a la hipnosis severa, finalmente, el tercero va más allá de ese estado, -es un misterio que no ha podido resolver- para conducirlos hasta la muerte si es necesario. Raramente ha llevado a cabo el tercer estado, dicen por ahí, que lo utilizará hasta el enfrentamiento final con sus enemigas las siamesas híbridas.
De la misma manera, Álvaro notó que su “qué buena suerte” era su poder cuando se convertían reales varias de las cosas que según él veía entre sueños. No obstante, no eran sueños. Eran las epifanías que iba teniendo a lo largo de su vida. Sus primeros aciertos fueron en clases. De él emanaban palabras tales como: “no habrá clase”, “no revisará la tarea”, “vámonos, no pasará nada”, “hoy habrá examen”, “nos va a ir bien”, etc., un sinfín de afirmaciones que se comprobaban con el tiempo.
Obviamente, todo esto funciona sólo con los lentes grandes puestos, si los pierdiera, él se debilitaría tanto que explotarían sus ojos por no poder sacar las imágenes a través de ellos.  Ambos jóvenes quedaron boquiabiertos con lo que les sucedía, no podían creer que tuvieran entre sus manos - literalmente en sus ojos y pies, respectivamente- poderes que pudieran ayudarles a combatir. . . . -¿A combatir qué?- Se peguntaron muy espantados los internacionalistas.

No sabían que sus poderes habían sido donados con el fin de derrotar a las villanas antes mencionadas (dicen que si las mencionan más de 3 veces en un mismo capítulo, la probabilidad de que ataquen a tu ciudad es más probable a que explote un refresco agitado).

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