Las etiquetas son pedazos de papel de diferentes tamaños anexos a una gran cantidad de productos comerciales y demás objetos que tienen la necesidad de ser identificados para comprobar su composición, existencia y precios. La mayoría de las veces que compramos algo, tenemos presentes las etiquetas de los productos. Éstas son muy importantes ya que mediante la información que proporcionan conoceremos lo que adquiriremos: instrucciones, ingredientes, componentes, advertencias, costo, etc. Esto con el objetivo de confiar en los productos que utilizaremos, además de saber si es el correcto y adecuado al precio.
No obstante ¿Si tenemos y conocemos etiquetas en los productos, porqué las implantamos en las personas? ¿Inseguridad? ¿Miedo? O simplemente para identificarnos con aquellos que creemos portan la misma etiqueta que la nuestra. ¿A caso no etiquetamos a los demás con el fin de evitarnos una relación o un acercamiento? ¿Etiquetamos antes de conocer o etiquetamos para conocer?
La mayor parte del tiempo, en el momento que conocemos a alguien, observamos su comportamiento e inmediatamente le buscamos un lugar dentro de nuestro almacén mental dependiendo del sector al que pertenezca. Es decir, lo dotamos de una gran etiqueta que nos proporciona sus datos –según nuestro juicio- y lo ubicamos dentro de una división de la cual estamos lejos o simplemente “no pertenecemos”. A menos de que esa persona comparta algo en común con nosotros, contraemos contacto y lo etiquetamos dentro de nuestro rango.
No nos damos la oportunidad de conocer a alguien cuando no se equipara con nuestro comportamiento, simplemente lo etiquetamos en otra sección para evitarnos tener que compartir lo que ninguna de las partes desea oír, vivir, o ver de la otra persona. Es decir, un desprecio mutuo. Un caso muy particular, cuando revisamos la etiqueta de algún producto deseado y tiene un alto costo, botamos la etiqueta como si el papel se convirtiera en el fuego mismo. De la misma manera, etiquetamos a los demás y nos alejamos.
Cada etiquetado piensa que dentro de su sector debe tener contacto con los de su sección exclusivamente, o será desetiquetado para pasar a ser uno más de los que se encuentran en el estante de liquidación por no desempeñarse de la manera esperada, o por una baja en su demanda. Sin embargo, el etiquetado liquidado se mezcla en otros sectores en los que rápidamente se adaptará.
Supongamos que existiera un lugar libre de etiquetas, como seres humanos que necesitamos vivir en sociedad ¿Nos adaptaríamos a los demás sin saber su procedencia? ¿Podríamos convivir con los demás sin anteponer nuestros prejuicios hacia ellos? ¿Coexistiríamos en un medio sin etiquetas?
Ante todo, somos excelentes juzgadores y perfectos etiquetadores, por lo que sería un tanto difícil evitarlo –sobre todo cuando algo nos molesta o no estamos de acuerdo-. Sin embargo, si hacemos accesible y transparente nuestra etiqueta, podremos ingresar a otros sectores y conocer a otras personas, descubriendo lo maravilloso que puede ser alguien más, sin que comparta nuestro mismo código de barras.
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